«Conceptos equivocados en Salud Mental: Efectos deshumanizantes» fue el título de esta Cátedra realizada en la Universidad de Monterrey, cuyos expositores fueron el Dr. Michael Robbins y el Dr. Ivan Arango.

El Dr. Michael Robbins es profesor en la Universidad de Harvard y ha aplicado sus estudios en psicoanálisis para entender y tratar a personas con problemas serios de salud mental. Ha publicado mucho sobre la teoría del tratamiento de estas personas y en su relación con su infancia y desarrollo temprano. En la cátedra expuso su postura en cuanto a tratamientos médicos y propone que estas enfermedades, como la psicosis, no son enfermedades mentales en lo absoluto, sino variaciones extremas en la personalidad a las cuales algunas personas están predispuestas y son determinadas por experiencias familiares en el proceso de crecimiento.

El Dr. Ivan Arango expuso sobre la experiencia del tratamiento del Trastorno límite de la personalidad en el Instituto Nacional de Psiquiatría y afirmó que la persona en su relación con el entorno y consigo mismo genera o co-construye experiencias caóticas en las cuales la interacción humana se ve infiltrada predominantemente por inestabilidad, agresión, desorganización mental e interaccional. El TLP es una condición con la que uno puede nacer, pero sobre todo la desarrolla en la interacción del ambiente social y el micro ambiente con el cuidador primario. Los cambios en la producción de las emociones prodecen o se asocian con modos de producir ideas extremas y que en ese contexto se despliegan conductas extremas.

Con estos dos expositores, la cátedra buscó comunicar que en la actualidad existen muchos tabúes, mitos y estigmatización de los problemas mentales. Sigue siendo difícil y complejo la comprensión, practicar la empatía y la compasión hacia las personas que padecen de un trastorno mental, provocando una gran falta de sensibilización y humanismo hacia estas personas que sufren un dolor emocional, moral e incapacidad, provocando dañar la dignidad del ser humano. La generalización de este fenómeno, tarde que temprano, se da como consecuencia en una cultura deshumanizada hacia las personas que padecen de un mal mental y emocional, por mantener ideas y percepciones erróneas del significado de dichos padecimientos. Por ende, como sociedad también podemos ser factores que contribuyan a la colaboración y perpetuación de erradicar estas prácticas y actitudes negativas hacia los trastornos mentales y la salud mental. A través de sensibilizarnos, informándonos, educándonos en temas reales sobre la salud mental y los padecimientos mentales podemos conseguir que todo ser humano tenga una vida digna.